Febrero
Un 14 de febrero del siglo XXI, un hombre desesperado buscaba a una hermosa mujer que le pertenecía desde la eternidad. Necesitaba salvarla para andar juntos por la vida.
El no ansiaba su cuerpo, ni su belleza, sólo su presencia y su comunicación.
A pesar de que no la va a encontrar, ella estará esperándolo en cualquier lugar.
Tiempo atrás el intuyó que esa mujer ya no poseía alma. Se le había gastado en el peligroso juego de las equivocaciones fatales en que ella deshizo su vida.
Fue preciso construirle un alma en el amargo esperar de lo no correspondido.
Ella pensó que ocultándose evadiría el destino. Craso error, porque su sino era vivir sin alma y sólo podría volver a tenerla en las caricias, en la imaginación y en los sueños de aquel hombre a quien ella pertenecía desde siempre.
Un 14 de febrero del siglo XXI, él la buscaba para regalarle un alma con el riesgo de que si no la encuentra, él pueda entregarle el alma a otra que en verdad no la merezca.
Ella se sigue ocultando, en los laberintos de la ciudad, queriendo cambiar lo que ha sido escrito.
Pretendiendo, inútilmente, luchar contra lo irrevocable.
O T
1 Comments:
buen post!
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